“Los funcionarios no funcionan.
Los políticos hablan pero no dicen.
Los votantes votan pero no eligen.
Los medios de información
desinforman”
Eduardo Galeano
“El sistema/1” en El libro de los
abrazos
Un médico
fue interceptado por un ladrón al salir de su casa y este le quiso robar su vehículo.
El profesional actuó de inmediato ante esa situación y en cuanto tuvo la
oportunidad logró dispararle al delincuente cuatro balazos que culminaron con
su vida.
A raíz de
este hecho vuelve a ser tema de agenda “la defensa propia”. En muchos medios el
tema ha sido tratado con exhaustividad entrevistando incluso a familiares del
ladrón asesinado. La familia del delincuente, irónicamente, pide justicia por
lo sucedido. La familia del médico pide que el mismo sea liberado, ya que fue apresado
hasta constatar con las pericias pertinentes que prueben la defensa ante el
hecho delictivo.
Los medios
no solo dieron la voz a las familias de los involucrados, sino que también le
permitieron hablar a uno de los actores del acontecimiento, Lino Cataldo,
profesional que disparo al ladrón frente a su casa. Nos enteramos de la vida de
Lino, y hasta que nos identificamos con él. ¿Cómo no hacerlo? Quienes fuimos
victimas de actos delictivos vivimos en carne propia la impotencia y el dolor
con el que esas personas lograron arrebatarnos lo nuestro y en algunos casos
incluso lastimarnos.
Pero acá es
dónde reside el más grave problema. Los medios actúan desde un lugar partidario
situando este suceso como de carácter binario, donde hubo un bueno y un malo
antes los cuales tomar partido. A través de un uso de las emociones nos enseñan
la vida de un “héroe”, sensibilizándonos a través de un “matemos antes que nos
maten” sin cuestionar la impunidad y la falta de justicia que nos empuja a
cometer un asesinato. Violencia es que
roben, que salgas a la calle con miedo, pero sin poner en una escala vertical
de niveles de violencia, podemos señalar la violencia que es infringe desde el
Estado directamente sobre cada uno de nosotros, desde el delito, el desempleo,
e incluso el hambre.
Los medios
reproducen el mismo mensaje una y otra vez, avalando la defensa propia, pero
por detrás haciendo propaganda del fascismo. Porque este tema es de agenda
porque sucedió con “un médico” y un “chorro” brindándoles categorías fijas a
los personajes. Ahora bien, hace unas semanas la hija de un empresario
atropelló a un hombre con el auto que le regalaron para sus 15. La misma no
poseía registro y no mostró culpa alguna. La joven por su edad y también considerando su posición económica, quedó en libertad y parece no haber un responsable al cual culpar.
Estamos frente a la deficiencia de un sistema judicial pero a un enorme problema sobre nuestra cultura la cual cada vez parece más impulsada a naturalizar la muerte con mayor frecuencia. Matar un ladrón, matar un ciclista con un auto último modelo, que te maten a la vuelta de tu casa, matar por miedo, matar por imprudencia. ¿Todo vale?
Ambos
sucesos son complemente perturbadores donde hay víctimas y victimarios desde
una mirada segmentada. Pero donde todos somos marionetas de un sistema y los
medios que convierten estos hechos en propaganda política accionando desde el
terror y el miedo en todos nosotros.
Los medios
hicieron (y siguen haciendo) leña del árbol caído y a través de la supuesta
identificación de la construcción de buenos y malos invisibilidad una
problemática más grande que es el de la impunidad, la falta de justicia, la
desigualdad entre otros temas que generan violencias de este tipo.
Pero muchos,
tristemente, eligen aplaudir al médico, resignarse sin cuestionar nada nunca en
absoluto, y comprar lo que nos venden a través de la televisión quedándose solo
con la punta de un iceberg con el cual ya hicimos eclosión hace bastante.
Alejandra
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