El pasado 13
de diciembre Garbage pisó por segunda vez nuestro país, en esta oportunidad, en
el Luna Park.
Los 90 vieron nacer a esta banda que supo combinar a la perfección rock, actitud,tintes electrónicos pop,
estribillos irresistibles y mucha actitud de la mano de Shirley Manson, quien
con su belleza y caudal de voz embriagaba a todos los presentes.
Pocos
minutos padas las 21hs las luces se fueron apagando y la intro de Supervixen
comenzaba a sonar. La fiesta había empezado.
Los hits no
tardaron en llegar y con los mismos el furor en todo el Luna. Con Im think im
paranoid y la electrónica versión de Stupid Gril, Shirley y compañía nos invitaban
a cantar, bailar, saltar. Era inevitable, si estabas allí y tu cuerpo era
inmutable a tanta onda que llegaba desde el escenario, realmente no eras
humano.
Shirley,
quien lucía un bonito vestido amarillo que solamente a ella le puede quedar
bien, se tomó unos minutos entre algunos temas para hablar con el público. Presentó su apoyo al #Niunamenos y agradeció con
un sincero gesto a los presentes “Sabemos que la situación es difícil, y que
los tickets no son baratos”.
“Una
revolución, es la solución” Garbage continuaba con sex is not the enemy, donde
la cantante presentó su apoyo al movimiento LGTB.
Las bases
desde los sintetizadores eran alternadas entre los guitarristas, Steve y Duke,
mientras de fondo el bajo de Eric Avery y la batería de Eric Gardner cumplían construyendo
una base sólida y potente.
Hubo un
interludio de tranquilidad entre tanta adrenalina, de la mano de Blackout y Even Though Our Love is Doomed del último disco “strange Little birds”. El descanso duró poco, porque en seguida arremetieron con el clásico “Why do
you love me?”.
Acá el éxtasis
era pleno, pero Shirley Manson se vio en la incómoda situación de reprender a
alguien que, según parece, comenzó a los golpes en pleno tema desde el campo. “Ya
tenemos suficiente violencia en el mundo. No queremos esto acá”.
Las
canciones de su último disco pasaron sin pena ni gloria, pero con los clásicos,
Garbage no defraudaba. Después de Push it y Im only happy when it rains, el
final se comenzaba a palpitar.
Queer, Empy
y el legendario Cherry Lips fueron los encargados de rematar el remanso en el
cual había caído la noche tras la presentación de sus canciones nuevas.
Garbage me
sorprendió gratamente. Porque si bien es verdad que es una banda que tiene un
encanto irremediable, en vivo, te conquistan de lleno. La noche ya había
llegado a su fin dejándome tarareando durante días varios de sus temas.
Garbage
lo hizo nuevamente.
Alejandra
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