Ser músico en Argentina.


Comúnmente los miércoles son días densos en el conservatorio.
Una de las razones es Coro, y la otra es apreciación musical, materia interesante, solamente que dicha cátedra es brindada para 40 alumnos más en un aula 4x4, dos horas, hablando sobre como se hizo un violín o un cello.

Pero bueno, hoy fue un miércoles diferente, porque falté a coro y porque además la profesora de apreciación se distrajo hablando de otro tema.

Todo surgió por las orquestas sinfónicas, las estables y las de cámaras.
Todas tienen cierto orden en escena y todos sus músicos son grandes instrumentistas que pasaron un concurso para estar allí tocando.
Como el talentosísimo Emmanuel Pahud (flautista) que fue un virtuoso desde muy pequeño y con veintidós años fue nombrado solista de la Orquesta Filarmónica de Berlín.

Claro… eso ocurre en el primer mundo. Porque acá ser músico participe de orquestas no es muy fácil. No es una carrera ni corta ni fácil y se necesita mucha devoción por el instrumento.
Los músicos de nuestro país, que dedicaron años a la música, la mayoría están en negro y ganan muy poco. Pero mejor empecemos por… ¿Qué profesión se paga bien en este adorable país?

Lo peor de todo es que cada gobierno que pasó estos últimos 10 años aprox. se dedicó a devaluar cada vez más la cultura. Pero siempre veremos a los políticos en algún acto orgullosos de escuchar alguna de las orquestas del país.

La policía federal, tenía una, es más, la sigue teniendo: una orquesta sinfónica. Obviamente que debería estar conformada por muuuchos músicos. Pero no, hubo una vez un señor llamado Menem que estableció que cada músico que se jubile, renuncie, o fallezca, no sea reemplazado. Así que hoy en día cuenta con unos pocos gatos locos.

Como dije anteriormente, los instrumentistas pasan por un concurso donde son evaluados. Pero como no, estamos en argentina, y como en todos lados existe el famoso “acomodo” y se ahorran con alguna excusa el paso del concurso como para no perder tiempo ¿no? …

La situación más triste la vive el Teatro Colón. Que no solo evidencia el obvio paso del tiempo sino la dejadez en el mantenimiento. Hoy en día aún sigue inundado uno de sus subsuelos y no hay forma de que puedan sacar el agua. El estado es deplorable, por más que se hallan realizado “refacciones” en estos años (emm …refacciones llamamos a dar una manito de cal y de pintura a las paredes, no?) , sumémosle el mal pago de todos los músicos, el despido de una cantidad de gente que tuvo años de preparación y ahora se encuentran repartiendo números en el hospital Fernández.

Hay músicos que luchan por mejoras, pero son pocos, la mayoría tienen miedo. Y como dijo hoy mi profesora… los instrumentistas, a veces, somos más individualistas, en comparación con los del coro, o el equipo técnico.

Al final de todo, cuando se mira atrás, lo único que queda es la cultura: la pintura, la danza, la música. Pero bueno, en este país los gobernantes no piensan a largo plazo, mejor dicho… ¡NO PIENSAN!




Atte. : Alejandra

No hay comentarios:

Publicar un comentario