NUNCA MÁS


En este 2010 se cumple el bicentenario del primer gobierno patrio de nuestro país. A lo largo de todos estos años, la Argentina ha sido testigo de seis golpes de Estado. Pero sin dudas, las páginas más oscuras de nuestra historia, fueron escritas durante la última dictadura militar, durante la cual se instauro el terror en los argentinos a través del genocidio organizado.

Inevitable no pensar en los desaparecidos, las abuelas de plaza de mayo con su admirable lucha por encontrar a sus nietos, el silencio de muchos, la valentía de pocos y el dolor y el sufrimiento de todos.

La desaparición y la tortura fueron los métodos más aberrantes aplicados a los subversivos de la época, nos referimos a estudiantes, obreros, empleados, periodistas, amas de casa, docentes, etc. Que cometían “el error” de pensar diferente, que tuvieron la valentía de no ocultar sus voces, y que hoy en día forman parte de una lista de víctimas por las cuales se lucha por la verdad y la justicia.

Toda la información recolectada por la Conadep, trabajo arduo de varios años, ayudo a demostrar que los derechos humanos fueron violados en forma orgánica y estatal por las Fuerzas Armadas.
La metodología implementada por aquellos genocidas consistía en la desaparición de personas, las cuales en realidad eran llevadas a centros clandestinos de detención, donde se los sometía a interrogatorios basados en tormentos físicos y psicológicos. Hoy aquellos centros clandestinos del horror, conforman escenarios del recuerdo para que nunca más vuelva a suceder semejante atrocidad.

Aquellos que no fueron detenidos por las fuerzas, o tuvieron la suerte de evadir la muerte, o simplemente cerraban sus ojos y repetían lo que en la mayoría de los medios pronunciaban. Ver hoy las noticias que se difundían en la época, no causa más que indignación y repudio hacía aquellos que tenían la oportunidad de abrir los ojos a una sociedad ciega por la ignorancia y enmudecida por el miedo.

Los medios de comunicación jugaron un papel muy importante durante la época, convirtiéndose la mayoría en cómplices que hoy en día cargan con la mochila de la culpa del silencio y la mentira. Durante aquel gobierno de facto se dictamino una ley de medios audiovisuales que no solo establecía la censura, sino que también permitía la formación de monopolios, así ellos podían silenciar todo lo que estaba sucediendo en verdad en el país.

Lamentablemente para aquellos que hoy en día añoran el silencio del pueblo por el miedo, el terror y la política económica de Martínez de Hoz (con la cual se beneficiaron astutamente), actualmente vivimos en democracia y no es concebible donde una ley dictaminada durante la última dictadura siga vigente sobre nuestros hombros.

Hay gente que lejos está de poder crear el pensamiento y critica propia, y se dedica a repetir lo que en los medios, afectados por la renovación de esta ley en cuestión, dicen.
Oportunistas que defendieron la dictadura de turno, se atreven a poner en sus bocas la palabra libertad, proclamando que se les está siendo arrebatada, generando la sensación de burla para aquellos que en nombre de la verdad y la libertad, fueron torturados, perdieron a sus hijos, sus nietos, e incluso sus vidas en el momento más crítico de nuestro país.

“Seguimos ganando”, con esta frase una revista de la época describía la situación que se vivía en la guerra, tristemente celebrada por muchos medios, de Malvinas.
Cuando se acerca el 2 de abril, mucho se dice sobre cómo surgió la guerra, como nos rendimos, como sobrevivieron y sobreviven nuestros soldados. ¿Pero cuántos medios hacen un mea culpa? “Las Malvinas recuperadas” “Argentina a vencer” son algunos de los titulares de los diarios de la época que quedaron grabados en la historia de la hipocresía de la información.

“Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla” arengaba Galtieri frente a más de un millón de personas que aplaudían semejante disparate en Plaza de Mayo. Todas esas personas que festejaban aquel día eran el producto de esta manipulación que se venía haciendo desde los medios de comunicación. Ningunos de ellos sabía en verdad, en la tragedia en la cual se estaba metiendo el país.

Aquella guerra le costó la vida a centenares de jóvenes argentinos que despojados de sus vidas cotidianas fueron obligados a ir a un campo de batalla, pusieron un rifle en sus manos, y en los peores de los estados obligados a luchar representando a un país que estaba siendo devastado desde el poder.

En tiempos donde la información se desvirtúa con facilidad, donde es difícil crear una opinión propia dentro de tantas luchas de poderes, donde aun la democracia es cuestionada por una minoría, es necesario poner en nuestras mentes a critica propia, no dejar que pongan en nuestras bocas palabras que no son nuestras, pensar por nuestra cuenta, mantener en nosotros el recuerdo de aquellos que hoy ya no están y que las palabras justica y verdad nos unan como pueblo. De nosotros también depende que esta historia no se repita NUNCA MÁS.



Martínez, Alejandra




Pd: Fragmento de mi "prólogo" el cual tiene como objetivo promocionar una de mis materias en la facultad.




Atte.: Alejandra


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